Los artistas necesitan bolsillos. Como cualquiera que tenga que acarrear siempre cuadernos de apuntes y los múltiples tesoros que se encuentran vagando por ahí. Según la diseñadora Kelly Anderson, los vestidos sin bolsillos de las mujeres conllevan ciertas suposiciones implícitas acerca de la persona que los lleva: que no se espera que vaya a construir nada, que la contribución principal que se puede exigir de ella es su apariencia, y que es alguien que debe ser controlado y supervisado. Justo lo opuesto de un artista. Pienso en el uniforme de Joseph Beuys, con su chaleco de pescador, y en algunas fotos de Alexandr Ródchenko; prendas repletas de lugares donde guardar notas y descubrimientos.
Deja una respuesta