Ya tengo la cuarta pieza enfocada. Ayer, cuando la vacié, me gustaron el hueco y las imperfecciones que dejaba la cuchilla, así que cambié de planes y decidí dejarla tal cual. Lleva un cristal tras la tapa; creo que incorporaré esta solución al resto: prefiero el aire atrapado dentro. Las fotos, como siempre, lamentables.
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Esta entrada fue publicada el lunes, 25 de febrero de 2008 a las 19:53 y está archivada en la categoría De re coquinaria, Los Viajes Extraordinarios. Puedes seguir los comentarios a través del feed RSS 2.0. Both comments and pings are currently closed.
¡Ah! Todo un clásico. Veo que tu cuchilla ha llenado, paradójicamente, la vacuidad del mensaje de Tomás de Kempis.
Un conocido mío de París trabaja también cortando libros; usa además fuego en el proceso, según él para que participe el azar ¡cómo si el azar se pudiera evitar!
La idea del cristal es excelente; en este caso confiere un aire de relicario.
Saludos.
Muchas gracias, Predicador. ¿Ese conocido tuyo tiene imágenes de sus cosas en la red?. Porque parece muy interesante.
Abrazos y salud.
Hola, te escribo porque pensé que a lo mejor te gustaria conocer una nueva revista cultural on-line, en PDF: 200 días en Sing-Sing. es gratis y con ella no ganamos nada, solo la satisfaccion de levantar un proyecto. Mil gracias
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Capitan Langstrump, gracias, gracias, gracias, tus comentarios son muy importantes para mi en estos momentos de partos primerizos…por aquí tenemos sed de tu cuarta lágrima
(viernes, 14 de marzo de 2008 a las 15:39).